Wintercase
Al final, me engañé a mí misma y decidí ir al Wintercase.
Decemberist. Eran lo menos sensuales que te puedes encontrar, pero tenían voz, fun y ganas. Dos voces cándidas, un acordeón, una mandolina, desparpajo y entendimiento con el respetable. I have them.
Three Dirties. Tres eran tres. Batería, guitarra y violín. Sin letra, sólo de vez en cuando el grito de Warren y su gesto de mano-ojos hacia las masas. Sonaban muy bien. El violinista se estilaba a un paisano que compra en el super de mi barrio. Jesucristo Super Star.
Mercury Rev. Bailarina, espadachín, sensible y armonioso. Jonathan Donahue. El macarra de Grashopper........esa mirada por encima de las gafas. A mí, me ponía de colores el bajista cuando me miraba, sus rizos y su americana roja. Que preciosidad.
My nose goes on.
Monumento a Sibelius-Helsinki. Por un momento me sentí Directora de Orquesta.
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