Bloc Party y los chicos gafa-pasta patillosos
Llegué a casa más tarde de lo previsto. Me metí en el cuarto de baño sin mediar palabra con nadie, y salí acicalada hacia el metro. Me crucé con varios muchachos de aspecto indie, ¿irían al mismo recinto que yo?. Concretamente me fijé en dos. Parada:Cabello de Ángel. Salimos por la misma boca de metro, caminando por la misma calle. Ellos acompañados, yo sola. Ellos íban más rápidos que yo, yo y mis botas de castigadora. Les perdí la pista. Entrada al Divino Aqualung. Por sorpresa, llegué just in time. Así que para no entrar con el local muy vacío, me senté en una Heladería. Al mismo tiempo que saboreaba una selva negra y un café con leche, miraba de soslayo a la gente que se acercaba a la sala. Miro en frente, los dos tipos del metro. Tipos interesantes, gruppies enloquecidas, gente rara o haciéndose la rara, veinteañeros, guiris y guirufas.
Miro el reloj. Creo que es hora de entrar ya. Los dos pibes que estaban en el escenario se hacían llamar Sluts of Trust. Un batería al estilo Extremoduro. Un guitarra-cantante con pantalón de cuero al estilo Seal, que a medida que nos amenizaba con su desgarrada voz, el ambiente se iba encandilando. Miro en frente, un tipo con patillas se contorneaba como la Iguana, ¡qué culito¡. No, no lo toques, sólo míralo. Miro a mi izquierda, los dos tipos del metro. 20.15, se acaban los teloneros, se encienden las luces ¿Y qué hago yo ahora?. A la barra a por una caña.
Regreso al lugar donde me había colocado al principio, era un punto estratégico para visionar y gozar del concierto con comodidad. Cada vez más gente, cada vez más calor, cada vez menos ropa tengo. A mi diestra se coloca una mujer con cabellos largos y rizosos, se parece a mi compañera de piso e intuyo que también va sola. Ella con su cámara digital. Delante mío se coloca un grupo de siete amigo/as. Suena música electrónica y mientras escucho las conversaciones de dos tipos del grupo. Silencio descomunal. Salen al escenario unos jóvenes apuestos, modernos y sonrientes. El gentío empieza a gritar. Luces. Acción. Me sorprendió que el cantante era negrito-chocolate. La verdad, no sabía cómo eran físicamente. En tan poco tiempo estoy absorbiendo tanta música indie, que no soy capaz de acordarme de toda su discografía, de sus giras, de sus affaires, de.......Grité, canté, salté, alcé la mano, me tiraron litros de cerveza por la espalda, me empujaron,.......pero ahí seguí, en el puesto de vigilia en el que me había preparado. Para algo tiene que servir tantos años jugando al Balonmano. El grupo de siete amigos fue desbancado por 2 pibas buenorras que gritaban y se meneaban como si estuvieran poseídas por el diablo. Miento, no fueron los siete, solo seis los que fueron desplazados. El séptimo, justito estaba delante mío, salió intacto e impoluto. El de la camiseta de Italia. Yo, su guardaespaldas. Cesa la música. La gente no se va. Sale el grupo de nuevo. Dos canciones preciosas. Finito. Salí rauda. No ha estado tan mal mi primer concierto sola. Me gustan los chicos gafa-pasta patillosos.
También era su primer concierto en España. Notable. No son escoceses. Son londinenses. La foto es en el Castillo de Stirling-Escocia este Junio. Me recordó a ellos.
Llegué a casa. Una peli: Historias Mínimas de Carlos Sorín. Estaba un poco reticente a este film. Últimamente todo lo argentino me aturde un poco. Pero con esto, me equivoqué. Buena. Recomenadada.
Mientras estaba viendo la peli, Lou dió señales de vida. ¿Qué le pasará ahora?. Demasiado trabajo, de sol a sol. A ver cuando nos vemos. Eso digo yo.
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