Mental Breakdown
Días de cine.
Bagdad Café. De Percy Adlon. Una carretera de Las Vegas a ninguna parte. En pleno desierto de Mohave, una amplia y entrañable mujer alemana se integra en la vida cotidiana de un motel.
Prick up your ears. De Stephen Frears. Cuando el pupilo se convierte en maestro, y el mentor se convierte en pupilo, puede originar un dramático desenlace.
Deprisa, Deprisa. De Carlos Saura. Oso de Oro. Berlín 1981. “Ay, que dolor”.
Hiciste la maleta Ay sin decirme adiós, Ay qué dolor!Como me abandonó, Ay qué dolor!Y sólo me dejo, Ay qué dolor!Por más que me preguntoNo encuentro la razón, Ay qué dolor!Para dejarme asín, Ay qué dolor!Sin una explicación, Ay qué dolor!
Paseando por las calles angostas y poco iluminadas del barrio, me quedé impávida ante un escaparate de un rancio videoclub. Allí estaba Blow-up de Michelangelo Antonioni. Hacía tiempo que la buscaba. I found it at last.
El resto del tiempo lo pasé en la casa del pueblo. Sofá, familia, amiga, dormir, leer. Estuve haciendo de panadera, amasando masa para la empanada.
Esta vez no fuimos a buscar setas. Estas la encontramos en los bosques escandinavos. Si las necesitas para preparar tu cena, róbalas. Por favor, ponedme a Jesus and Mary Chain.
Varios:
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