Friday, December 02, 2005

Sexy Punisher Woman

Ayer fueron Las cartas de Alou. Muchas cartas en una sola filmación. Una producción de Elías Querejeta de hace 14 años. Tema:Inmigración Subsahariana. No es que fuera un visionario, pero Querejeta empezó a reflejar a pequeña escala lo que está sucediendo actualmente. Narrado de forma entrañable, cómica y con momentos dramáticos.
También tocó un capítulo de un relato de Enrique Vila-Matas. Cada noche un capítulo, si es que me contengo, y no me lo leo hoy de un tirón. Hay que dosificarse. Hay que meditar sobre lo leído.

Otra vez mi hermana. Es normal, compartimos casa y con ello, experiencias. Esta vez le toca a ella buscarme marido. Un hombre: un compañero suyo de trabajo, ex-ejecutivo de Yamaha, ex-mujer, dos hijos, un hermoso y apetecible chalet. Le gustan las pelis orientales. Se ha empeñado en conocerme para ir al cine. ¡Cariño, no me metas en estos líos¡. Otro compañero suyo ha escuchado la conversación y dice que soy buen partido, que a ver cuando me paso por sus oficinas. ¡Qué confiados¡.

De nuevo mi hermana. Ayer fue a visitar un nuevo piso para ver una habitación. Había concretado una cita con una de las inquilinas. Llama al portero automático. Le atiende la otra inquilina, que le extraña que su compañera haya concretado la cita a esa hora. Duda de la palabra de mi hermana. Se oye una voz masculina a lo lejos del telefonillo: "No le abras, déjala". Al final, le abre la puerta de abajo. Mi hermana pensó que había pillado a la pareja en una situación comprometida, eufórica. Un sexto sin ascensor. Sube lentamente, de buena fe, para que les de tiempo a ubicarse si es que estaban desubicados. Cuando llega a la puerta en cuestión, llama al timbre como diez veces, con los nudillos de la mano, al vecino, de voz viva.....y nadie contesta. Sólo se oye la voz masculina detrás de la puerta que dice: "No la abras".
De mala ostia, se marcha, se monta en el metro y se va a dormir. Trabaja de noche. Duerme de día.

Llego por la tarde, me cuenta la historia. Me dice: "Yo ahora, del centro para arriba", "Qué gilipollas, ¿para qué me hicieron ir?. Ese metro encima, que es lentísimo". Yo le pregunto que si ha tomado alguna medida. Me dice que no. Que si les dice algo, bajar de un sexto piso corriendo, es un poco apresurado y arriesgado.

¡Qué perras del infierno¡. Yo soy muy buena persona, pero no tolero ni que me tomen el pelo ni que me mientan. Así que, como my candy sister no ha tomado ninguna acción correctora, les he puesto un dulce mesaje irónico en la página web dónde dejaron su anuncio. I wish They don´t rent the room. Now, I'm the Hell's Doggie. Please, music, Durruti's Column.

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